Los sapos necesitan de nuestra protección, ya que hacen al equilibrio ecológico. Ellos se alimentan de orugas, babosas, caracoles y gran variedad de insectos.
Es muy importante que enseñemos a los niños que tenemos cerca que los sapos necesitan de nuestro respeto y protección, tanto como perros, gatos y todo otro animal cercano al ser humano.
Carlos Fernández Balboa en su libro “Anfibios” dice que “la gente llama rana o sapo a todas las especies de anfibios”, a la vez que puntualiza que hay 4.150 especies diferentes de anfibios divididos en tres importantes grupos. Sería aconsejable leer sobre los anfibios para conocerlos mejor y que quede atrás esa mezcla de temor y rechazo que termina por condenarlos injustamente a malos tratos y crueldades. La falta de conocimiento por falencias en la educación, suele llevar a deducciones erróneas en los chicos y adolescentes.
Cuando este verano frecuentemos el jardín o la quinta y tomemos en cuenta que hay un sapo que ha elegido nuestro espacio natural y a nosotros como cohabitantes, alegrémonos pero a la vez respetemos su independencia como especie. Una medida precautoria para no lastimarlos por simple descuido, es tener en cuenta que ellos pueden ser heridos gravemente por la máquina de cortar el césped cuando se mimetizan con las hojas caídas.
Martha Gutiérrez