Los importantes progresos que pudieran realizarse en cuanto a bienestar animal podrían ser neutralizados mediante la aplicación de las reglas de la Organización Mundial del Comercio – OMC, como fue el caso del comercio de atún/ versus delfines y en otro caso típico, el de la trampa cepo de acero, instrumento utilizado especialmente para la caza de animales empleados por la industria de la peletería.
El 1º de enero de 1995, la OMC organismo con base en Ginebra sustituyó al GATT, Convenio General sobre Tarifas y Comercio, que llevaba en funcionamiento desde 1947 y que pasó a ser asimilada por la OMC. La OMC supervisa el sistema multilateral de comercio. En 1995 GATT queda dentro de la OMC como firmante de los nuevos acuerdos junto con 128 países, entre los que se encontraba Argentina y que se convirtieron oficialmente en “Miembros de la OMC”.
Como funciona este peligro para las leyes de protección a los animales..? Supongamos que un país firmante de la OMC, se opone a importar atún (como de hecho ocurrió) proveniente de compañías pesqueras que utilizan redes en las que quedan atrapados también los delfines. La compañía pesquera recurre a la OMC que le falla a favor y en contra del país, que en ese caso fue Estados Unidos, que pretendía proteger a los delfines.
Otros sucesos fundamentales de protección a los animales de la década del 90, como la Resolución sobre trampa cepo de mandíbulas acero, y la directiva sobre cosméticos probados en animales, fueron neutralizados por la OMC impidiendo la protección de cientos de millones de animales sacrificados anualmente, justamente para producir artículos suntuarios como los abrigos y adornos de pieles de animales y los cosméticos.
CIWF – Compasión en el Mundo de la Granja, entidad con sede en Inglaterra dice “Es ridículo que nosotros, la Unión Europea, hayamos firmado un tratado cuya sola preocupación es el libre comercio y que insiste en afirmar que otras cuestiones como el bienestar animal, el medio ambiente y la justicia social, deben quedar en segundo plano para comerciar libremente”.
Creemos que uno de los deberes de una nación, es tomar la ética en consideración. Ya demasiado difícil es ganar normas de bienestar animal como para que un país deba desconocer la ética. Ante la intervención de la OMC, los países serán cada vez más temerosos en la aprobación de normas que beneficien a los animales.
Siempre gustamos de poner fin a un artículo con palabras de esperanza. No las tenemos en este tema internacional, pues Argentina como he dicho es firmante de la OMC.
Martha Gutiérrez- Periodista
Presidenta de ADDA